Tecnología y Globalización ¿Premio o castigo?

La tecnología es una evidencia del deseo de la humanidad de progresar. Desde tiempos inmemoriales, los avances tecnológicos y las innovaciones ha contribuido al crecimiento y al aumento de la calidad de vida de los seres humanos, sobre todo desde la Revolución Industrial y la llegada de la Globalización, que ha potenciado de manera considerable este efecto. Sin embargo, esta herramienta no sólo ha traído ventajas, como una mayor comodidad o un ahorro de tiempo en tareas, pero también ha potenciado la capacidad destructiva del ser humano. Por eso mismo, es necesario replantear si verdaderamente estamos avanzando como sociedad, o simplemente nos estamos dejando llevar por todas las ventajas que esto trae sin tener en cuenta las posibles consecuencias.

Es cierto, que tanto la tecnología como la globalización han contribuido a importantes avances en el aumento de calidad de vida del ser humano, como internet. Este elemento ha facilitado a la sociedad el acceso de una gran cantidad de información, la cual permite a los seres humanos dar con grandes descubrimientos favorables para la salud, comodidad o entretenimiento. Otro elemento que ha dado lugar a un globalización más rápida, han sido las redes de comunicación, las cuales te permiten mantener el contacto con familiares o personas desde cualquier parte del mundo, una mayor rapidez a la hora de interaccionar con otros individuos sin necesidad de encontrarse en el mismo lugar físico, etc. No sólo eso, sino que también ha proporcionado un aumento considerable en la productividad del ser humano, gracias por ejemplo a la Inteligencia Artificial. No obstante, estas mejoras también tienen efectos contradictorios en las poblaciones.


La llegada de la automatización y de la IA ha provocado el aumento del desempleo mundial. Muchos trabajadores han perdido su trabajo por el remplazo de máquinas, las cuales en un principio solo influían en trabajos pocos cualificados, incentivando así la cualificación y un aumento de la inversión en el capital humano. Sin embargo, conforme estas tecnologías han ido aumentado, al igual que su eficiencia, han puesto en riesgo trabajos más cualificados, incentivando dos ramas contradictorias. Por un lado, una mayor especialización de la población, con el objetivo de “competir” con las tecnologías o para llevar a cabo nuevos descubrimientos o innovaciones que superen a estas, incentivando así la competencia. Y por otro lado, una disminución de la especialización y por consiguiente un descenso en la inversión del capital humano, ya que estas tecnologías te facilitan los trabajos “complicados”. Normalmente la primera tendencia suele extenderse en países desarrollados ya que tienen mayor incentivo para hacerlo, mientras que la segunda tendencia suele observarse en países en desarrollo o tercermundista. A estos últimos, se le une además, que basan su economía normalmente en la exportación de recursos naturales, por lo que les interesa mucho menos invertir en capital humano, lo que ese conoce como la “maldición de recursos”. Por tanto, no sólo provoca el desempleo, pero también da lugar a una gran desigualdad, que, aunque no sea la causa principal de ese problema milenario, lo estimula.

Además, a día de hoy, existen mucha tecnologías poco eficientes que provocan una gran contaminación, dando lugar así a otro problema que nos acecha desde hace un tiempo, el calentamiento global. Tanto su producción, el consumo y su disposición final tras su vida útil, provocan un gran contaminación tecnológica que podría acabar en una gran tragedia. Sin embargo, además de aumentarlo, también puede ser la solución a dicho problema. Para ello sería necesario promover la investigación y desarrollo en tecnologías de energía limpia para promover el desarrollo económico y sostenible de la sociedad.


Por tanto, esta herramienta no es considerada ni buena ni mala, simplemente depende del uso que le queramos dar. Por eso mismo, siendo conscientes de sus ventajas e inconvenientes hay que aprender a usarla con convicciones y objetivos claros, buscando un equilibrio entre lo digital y lo humano.

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